Autorretrato

Debemos considerar este retrato como de alto valor emblemático. Aunque el pintor realizaría otros varios autorretratos a lo largo de su vida, ninguno de ellos sería concluido. La capacidad del pintor para este género queda clara en esta obra, aunque lo que más nos interesa son sus peculiares características que van desde la alusión al modernismo, que se manifiesta aquí en la franja decorativa que recorre el lienzo de lado a lado, en horizontal, pasando por detrás del personje y, sobre todo, en la referencia, más o menos clara, a los modelos que Rodríguez-Acosta elegirá para casi todos sus retratos: Gustav Klimt, Emilio Boldini y John Singer Sargent. / Extraído de: Revilla Uceda, M. A.: José María Rodríguez-Acosta 1878-1941. Granada, 1992, p. 256.