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Fundación
Pública AndaluzaRodríguez-Acosta

La Institución

El carmen de la Fundación Rodríguez-Acosta es uno de los edificios contemporáneos más importantes de España. Su singularidad le valió la distinción de monumento nacional en 1982, luego BIC de la Junta de Andalucía.

Es un edificio ya centenario, que se empezó a construir en 1916 en un solar cercano a Torres Bermejas, en la colina del Mauror. Su promotor, el pintor granadino José María Rodríguez-Acosta, tardó casi 15 años en terminarlo con el fin de que fuese, únicamente su estudio de pintura. De ahí le viene dada parte de su singularidad, al no estar estructurado en su interior como una vivienda y al estar vinculado al jardín que se va plantando y planificando antes que el propio edificio.

La historia de la construcción fue compleja, no solo por lo abrupto del terreno: en el solar original había pequeñas construcciones antiguas cuyos restos se derruyen para despejar el espacio y adecuarlo a la nueva construcción. Los desniveles del terreno hacían necesario y un aterrazamiento y acondicionamiento sólido que implicaba la actuación de especialistas. José María Rodríguez-Acosta contó para ello con Modesto Cendoya, el arquitecto Ricardo Santa Cruz de la Casa, Teodoro Anasagasti y José Felipe Giménez Lacal que fueron dirigiendo las obras, aportando soluciones e ideas, aunque como muchos piensan, fue el espíritu del propio pintor, José María Rodríguez-Acosta, el que se plasma en esta obra arquitectónica.

Aunque a este edificio se le denomina como a la gran mayoría de las casas granadinas con jardín que ocupan el Albaicín y el Mauror, “carmen”, realmente tiene pocas similitudes formales con esta tipología edilicia. En el carmen de la Fundación se eliminan los espacios destinados a huerto quedando la mayor parte de terreno enlosado. En este jardín, que se va construyendo a la par que el edificio, se desarrolla un discurso simbólico, con esculturas y fuentes. En él aparece especialmente visible una de las tendencias que caracterizan a esta construcción, como es la utilización de material de acarreo. Aproximadamente un 10 % de los elementos constructivos antiguos que encontramos utilizados en las fachadas en el jardín, y los interiores, son piezas antiguas recuperadas de otros edificios y empleadas con sutil maestría en este. Junto a ellas encontramos otros materiales que son copia de modelos conocidos del clasicismo. El conjunto viene a mostrar un edificio singular e inclasificable, que algunos consideran cercano a la arquitectura Racionalista, pero en el que se pueden identificar otras tendencias de la época, como el Modernismo, el Ars Nouveau, etc. Por su cercanía a Torres Bermejas y la Alhambra, hay quien ve en él una influencia directa de las construcciones defensivas nazaríes. 

El carmen es la sede de la Fundación desde sus inicios; su nacimiento como institución está unido a la ejecución del testamento de José María Rodríguez-Acosta, tras su muerte en 1941, en el que por su deseo, expresado en su testamento, se crea y quedan especificadas y descritas sus características y líneas de funcionamiento. 

A partir de entonces, su actividad se desarrolla según el objetivo marcado por los estatutos fundacionales, que es el de “tener a Granada al corriente de todos los conocimientos del progreso humano, sirviendo de estímulo a las personas de espíritu elevado. El objeto primordial es, pues, el fomento y difusión de la Cultura en sus más diversas ramas y aspectos, sin límites de especie alguna y conforme a los criterios que en cada momento establezca su órgano de gobierno”. Éste lo compone un Patronato en sus comienzos integrado por nueve miembros, en general destacadas personalidades del pensamiento y la cultura (José Ortega y Gasset, Fernando de los Ríos y Manuel de Falla, entre otros, formaron parte del primer Patronato). El Patronato en la actualidad puede consultarse aquí.

La Fundación inició sus actividades desde 1951 siendo ya presidente de su Patronato Miguel Rodríguez-Acosta Carslström; así en 1953 se concedieron tres becas para estudios en centros superiores de investigación fuera de España con destino a las materias de bellas artes, ciencias puras o aplicadas, filosofía, derecho, historia y filología. En 1957 las actividades se orientaron más claramente hacia la promoción cultural. Se inició entonces un programa anual de exhibiciones temáticas basadas en la fórmula del concurso-exposiciónLa naturaleza muerta, Los niños, Escultura al aire libre, El agua, etcétera–, de ámbito nacional y a veces también internacional, que estimulaba la participación de jóvenes artistas y mostraba después sus obras en el palacio de Carlos V y en el carmen sede de la Fundación. Acompañaba a las exposiciones una serie paralela de conferencias impartidas por profesores de la más reconocida competencia. Desde 1969 la fórmula de concurso-exposición comenzó a alternarse con la de exposición-homenaje, en una serie dedicada a mostrar monográficamente la producción de grandes artistas del siglo XX –Daniel Vázquez Díaz, Picasso, Marc Chagall, Manuel Ángeles Ortiz, entre otros muchos–. Desde los años ochenta se amplió la temática de estas exposiciones también al arte histórico, siempre bajo la premisa de la calidad estética y científica, con  los excelentes resultados obtenidos, por ejemplo, en las muestras dedicadas a Ramón Pérez de Ayala y las artes plásticas, Gitanos: pinturas y esculturas españolas, 1870-1940, o Paisajes de Granada de Joaquín Sorolla, entre otras. En no pocas ocasiones estas exposiciones han sido exhibidas, además de en Granada, en Madrid o en otras ciudades españolas, y a veces han itinerado fuera de España, como en el caso de las dedicadas a El arte de la ilustración –Londres, Amsterdam, Santiago de Chile, Mar del Plata– o a Manuel de Falla –Múnich, París, Lisboa, Copenhague–.

Desde 1960 hasta el año 2011, ha funcionando dentro del recinto de la Fundación, en edificio anejo, una residencia para artistas. En ella se reunían y trabajaban a lo largo del año un elevado número de pintores y escultores de todas las nacionalidades. Además, en época estival tienen allí su estudio y alojamiento diez artistas jóvenes que, seleccionados por las Facultades de Bellas Artes de las universidades españolas entre sus alumnos, son beneficiarios de sendas becas anuales de pintura de paisaje concedidas por la Fundación. Con el resultado de su trabajo, ésta organiza anualmente una exposición cuyos beneficios revierten en los propios becarios.

En 1967 se instituyó la Medalla de Honor de la Fundación para premiar a personalidades o entidades que hubiesen contribuido, en cualquier campo o actividad cultural, a lograr para Granada realizaciones de orden creativo que respondan a los fines que fueron señalados en sus estatutos, así como a la mejora de los valores artísticos, paisajísticos y monumentales de la ciudad. Así, año tras año, la Fundación ha distinguido a personalidades e instituciones que forman una lista encabezada por S.M. la Reina de España y en la que se hallan presentes Andrés Segovia, Federico Mayor Zaragoza, Francisco Ayala, Enrique Morente, Antonio Domínguez Ortiz  y un largo etcétera.

En 1973 la Fundación amplió su labor de fomento artístico con la creación del Centro de Experimentación de Artes Gráficas, a cuyo taller de grabado acudieron numerosísimos artistas nacionales y extranjeros y en el que se realizaron, hasta 1979, importantes trabajos de investigación y estampaciones de tiradas numeradas y limitadas, así como cuidadas ediciones de bibliofilia. Esta labor redundó en la creación de otros talleres en la ciudad y en la región.

Entre las tareas de difusión cultural desarrolladas por la Fundación merece destacarse el capítulo relativo a publicaciones: medio centenar de monografías y ediciones literarias que incluyen obras de Rafael Alberti, Gerardo Diego, Emilio García Gómez, Manuel Gómez-Moreno Martínez, Antonio Gallego Burín y Rafael Moneo, entre otros muchos; más de un centenar de catálogos ilustrados correspondientes a las exposiciones celebradas a lo largo de más de medio siglo, con textos firmados por grandes especialistas en las respectivas materias; la coedición con la editorial italiana Sadea Sansoni, dentro de la serie Forma y Color, de más de cincuenta cuadernos de gran calidad técnica y científica sobre temas de arte universal. A ello hay que añadir, fruto de los recitales y conciertos celebrados en sus instalaciones, la edición de cuatro discos, etc.

A lo largo de su dilatada trayectoria la Fundación Rodríguez-Acosta ha impulsado iniciativas benéficas de distinta índole –como la subasta benéfica Artistas por Centroamérica de 1999- y ha colaborado con multitud de instituciones, tanto locales como autonómicas, nacionales e internacionales, destacando los proyectos realizados en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación de Granada, con varios ministerios del estado español, con la Junta de Andalucía, con las embajadas de distintos países y especialmente con la UNESCO. Dentro de este capítulo de colaboraciones con otras instituciones destacan los trabajos concernientes a la sala de exposiciones y auditorio que el Banco de Granada creó en 1973, a iniciativa y bajo los auspicios de la Fundación. Siempre con la estrecha colaboración y asesoramiento de la Fundación, a lo largo de los seis años que permaneció en funcionamiento se organizaron cincuenta exposiciones y numerosos ciclos de conferencias, mesas redondas y encuentros culturales que constituyen un hito importantísimo en la trayectoria cultural de la Granada contemporánea. Cabe reseñar asimismo la colaboración con el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, que se remonta a 1957 y que se ha mantenido hasta nuestros días haciendo coincidir las actividades culturales más relevantes de la Fundación con las fechas del Festival, a fin de complementar con artes plásticas el estupendo programa musical, potenciar así su eco y su poder de convocatoria. El apoyo de la Fundación al Festival ha tenido, además, otras manifestaciones: subvenciones económicas para sufragar los costos generales y cesión de las instalaciones de la Fundación para conciertos, ensayos y cursos de la Cátedra Manuel de Falla.

Entre las distinciones recibidas por la Fundación como reconocimiento a su labor en pro de la cultura cabe destacar la concesión en 1969 de la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Medalla al Mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura español en 1982 y la Medalla de Oro de la Ciudad de Granada en 1996.

Desde 2010 la Fundación Rodríguez-Acosta inicia una línea de creciente vinculación con la Administración autonómica. Con fecha 17 de diciembre de ese año su Patronato acordó, por unanimidad de todos sus miembros, ofrecer a la Administración autonómica la representación mayoritaria en el mismo, lo que implicaría la transformación de su naturaleza jurídica de fundación privada a fundación del sector público de la Comunidad Autónoma de Andalucía. Así comenzó un largo proceso que se cerró en el año 2018, cuando a propuesta del Consejero de Cultura, previa deliberación del Consejo de Gobierno en su sesión del día 9 de octubre de 2018, se autorizó a la Consejería de Cultura para adquirir la representación mayoritaria de la Administración de la Junta de Andalucía en el Patronato de la Fundación Rodríguez-Acosta y la consiguiente transformación de la misma en Fundación del sector público de la Comunidad Autónoma de Andalucía.<xml></xml>