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Fundación
Pública AndaluzaRodríguez-Acosta

Colección museística

Pintura

MANDALA MÚLTIPLE, AVALOKITESVARA

Pintura, Gouache sobre algodón. Thangka.

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Cronología

TIBET, (CHINA).

Siglo XIX

Descripción y bibliografía

Mandala significa literalmente en sánscrito “círculo”. En origen designa  las diez visiones del Rig Veda, como formas bi o tridimensionales del cosmos. Su objetivo y finalidad principal es servir de soporte a la meditación mediante la representación de un diagrama mágico compuesto de formas geométricas. En las representaciones plásticas del tantra y el budismo Vajrayana, las formas geométricas en ocasiones se sustituyen por la representación de una divinidad.

En este mandala múltiple, la divinidad está situada en el centro de la composición rodeada de figuras laterales inscritas en un primer círculo y a su vez éstas en un cuadrado. Éste simboliza la planta de un palacio con sus puertas ubicadas en los cuatro puntos cardinales. A su vez está rodeada de un círculo formado por pétalos de flor de loto –en clara referencia al budismo, y un círculo externo que alude al fuego y a la luz de la espiritualidad. Todo ello se enmarca en un rectángulo, con dos zonas bien diferenciadas, la inferior con cuatro divinidades que hacen alusión al mundo terrenal, y la superior con cinco imágenes de maestros de la secta gelukhpa. En los laterales, aparecen divinidades menores y objetos simbólicos.

Todos los elementos representados ya sean dioses, personajes esotéricos, maestros y lamas, objetos y animales, funcionan en esta composición tipo mandala como símbolo o alusión a la idea general que no es otra que mostrar el linaje espiritual de Tsonkhapa fundador de la secta reformadora Gelukpa. Su ubicación, sus gestos, atributos y colores utilizados ayudan a comprender al fiel el significado último del thanka y por tanto de su uso como medio tanto de iniciación al conocimiento  como de soporte de meditación, en sentido “yóguico”.

Siguiendo el esquema geométrico que utiliza el artista, podemos realizar una lectura iconográfica de los elementos que conforman esta obra. Así vemos que el personaje más relevante por su ubicación en el centro superior del thanka, la iluminación que el artista le ha conferido  e incluso el tamaño respecto a otras figuras, es Tsongkapa personaje al que también están dedicados los Thangkas de esta colección nº. 1 y 2. El reformador espiritual está sentado sobre un trono en forma de flor de loto, con su característico gorro amarillo, su indumentaria de monjes y sus atributos que le relacionan con la reencarnación de Mansjuri (ver. Cat.nº.2). Como el resto de las cuatro figuras que le acompañan, muestra un halo espiritual enmarcando su cabeza, como signo de su fuerza espiritual y otro exterior que encuadra toda la figura. En el caso de Tsongkapa, así como en el de los dos personajes laterales se ha utilizado en el halo interno el color verde, mientras que las dos figuras que le flanquean directamente presentan una aureola de color rojo. Estos dos personajes que se giran, con un leve movimiento hacia él se identifican el de su derecha con el primer Panchen Lama (1569-1662) y Gendun Drupa su ziquierda., mientras que las dos figuras externas se corresponden con Butön Rinchen Drup (1290-1364), abad del monasterio de Shalu, a la derecha de la composición, y otro maestro de las enseñanzas gelukhpa, llamado Skaya Pandita (1182-1251).

Todos estos personajes se ubican sobre nubes que junto con el color azul del fondo y la aparición del sol y la luna aluden al estadio celestial identificado físicamente con el firmamento. En el plano inmediatamente inferior, encontramos de nuevo cinco figuras, de menor tamaño. Todas ellas son representaciones de seres divinos o divinizados, según se aprecia por el halo de luz que les enmarca sus cabezas. Los dos que aparecen en los extremos, están de pie sobre una pequeña nube. El del extremo derecho, va vestido como un monje y lleva en su mano izquierda un pequeño cuenco que ofrece, con un giro de su cuerpo a la divinidad principal. Flanqueando la figura principal, dos imágenes bailando sobre nubes, y en el centro la imagen principal, bajo los pies de Tsongkapa, manifestando la línea imaginaria y simbólica de unión entre él y la deidad principal del mandala, Avalokitesvara.

A derecha e izquierda de estos cinco personajes descritos, las imágenes terroríficas de dos guardianes y protectores. En ambos casos están pintados de azul, con múltiples brazos y atributos en sus manos. De pie sobre una flor de loto, se mueven agitando sus brazos, indicando su carácter omnipotente manifestado tanto en su movimiento cósmico como en las armas y atributos que portan.

Bajo ellos y en los laterales utilizados como transición entre la esfera espiritual y la terrestre, aparecen los Ocho Objetos Budistas. En el lateral izquierdo y de arriba abajo, el parasol, símbolo de la dignidad regia, la vasija que contiene el néctar de la inmortalidad, la concha, símbolo de la victoria en la lucha. En el lateral derecho y siguiendo el mismo orden nos encontramos, con una pareja de peces, signo de Buda, la flor de loto, asociada a la pureza y el nudo místico de la inmortalidad. En ambos laterales  la rueda de la doctrina, que en el lateral izquierdo aparece acompañada de la bandera, alusión a la victoria de la religión e imágenes de personajes asociados a la vida de Tsongkapa.

Como cierre a esta visión cósmica, cuatro guardianes o dharmapalas nos ofrecen sus expresiones más agresivas, como protectores del espacio sagrado y defensores de la doctrina. Cada uno de ellos se apoya, pisa o cabalga sobre un animal o persona aludiendo con ello a diferentes direcciones y sus correspondientes simbologías. Todos ellos se envuelven en un halo de fuego destructor y llevan múltiples atributos en sus brazos y como adornos corporales, como pueden ser calaveras, armas, etc.

Los cuatro tienen su origen en India, pero en Tíbet sufren diferentes transformaciones simbólicas e icográficas en contacto con tradiciones locales, las tantra indias e incluso en los últimos períodos de las tradiciones mongolas. Por ello es frecuente que aparezcan variedades iconográficas locales, si bien manteniendo el significado de protección y guardianes. A estos cuatro guardianas o dharmapalas, se identifican de izquierda a derecha con Yama Dharmaraja (Yama Dharmapala), Mahakala , la diosa Penden-Lamo (Shri-Devi) y el Dios de las Riquezas con el león de las nieves.

En el centro geométrico del mandala y enmarcado en un círculo bicromático aparece una representación de la visión cósmica del bodhisattva Avalokitesvara. Se representa en pequeño tamaño con seis brazos y múltiples cabezas, por lo que también se le conoce con el nombre de Ekâdasamka (cat.nº.5). Avalokitesvara marca el inicio espiritual del linaje de Tsongkapa, que se continúa a través de la línea de sucesión del Dalai Lama, considerándose este una reencarnación de Avalokitesvara.

En el círculo externo se alternan los pétalos de flor de loto con las figuras de cuatro imágenes de Buda, cuya ubicación marca las cuatro direcciones. En los triángulos resultantes de la inserción del círculo en el cuadrado, cuatro chorten o stupas tibetanas y en las puertas de acceso la representación de los guardianes del universo. Las puertas exteriores están resaltadas siguiendo modelos tradicionales tibetanos, combinando con objetos asociados al culto religioso y las celebraciones rituales. / Extraído de: Isabel CERVERA FERNÁNDEZ: Fundación Rodríguez-Acosta. Colección de Arte Asiático. Granada, 2002.

Bibliografía: PRATAPADIYA, P.: Tibetan Paintings. Nueva Delhi, 1984, p. 99 / RHIE, M.; THURMANN, R.: Wisdom and Compassion. The Sacred Art of Tibet. Nueva York, 1992, p. 34.