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En esta obra, tres figuras femeninas organizan la escena que se contextualiza en un interior: La mujer que mira al espectador sentada, con la cabeza apoyada en su brazo, la más lejana de la que solo vemos su cara y la que aparece en un primer plano de espaldas, luciendo un mantón de manila de color malva. Es una obra de tintes costumbristas, que esconde detalles de todo tipo y que está resuelta con maestría. Aunque, como ocurre en otros lienzos de este autor, quedó sin terminar. Bibliografía: REVILLA UCEDA, M. A.: José María Rodríguez-Acosta 1878-1941, Granada, Fundación Rodríguez-Acosta, 1992, p.298.
